Te miro

No puedo evitarlo. Los amigos nos rodean, platican, ríen y yo, sólo puedo mirarte. Tú estás ahí con ellos, ríes también, pero lo que dices no es importante en estos momentos. Enciendo un cigarro, tú no ocultas tu desagrado, y sin embargo, lo necesito, trato de regresar de mi mundo, pero no puedo. Te miro con insistencia, busco tus ojos. Sabes que me ha dado uno de mis ataques. Pero lo que no sabes es cuan seguido me dan. Observo tu risa, tus movimientos, en todo momento tengo la mirada fija en ti, alguien me está llamando, no quiero hacer caso. Estoy pensando en el escalofrío que recorre mi cuerpo, en la necesidad de mirarte que tengo, que no puedo explicar, Me gusta observarte, aprender en la memoria cada gesto tuyo, cuando estás alegre, cuando algo te molesta. Te observo cuando estás a mi lado, cuando duermes, cuando por instantes tu mirada me dice todo lo que quiero saber. Cuando la furia o la tristeza te invaden, cuando no estás. Te imagino cuando escribes frente al ordenador, cuando escuchas una canción que mueve las fibras de tu ser. Te miro emocionarte ante las oportunidades de la vida. Y tú aun no entiendes que lo que me obliga a mirarte es este amor de locos que siento. Que me bebo día a día tu presencia para conocerte hasta el más mínimo detalle, que voy guardado en una caja dentro de la memoria cada actitud, cada gesto, cada palabra. Y sé cuánto te desespera esa mirada constante, penetrante, que trata de atravesar tu piel y llegar hasta la última célula que te forma. Tú aun no entiendes que mi piel se eriza al pensar en ti, que ninguna canción jamás expresará lo que es llorar de amor tan sólo por mirarte dormir, y sentir que soy el ser más afortunado del mundo, por poder despertar a tu lado cada día.