He estado ausente muchos días, y es que dije que el anterior sería mi penúltimo de política, y como no me resigno a escribir el último, no me había parado por aquí, fue un gran chasco saber que México no está listo para mejorar. PEERo tengo que escribir sobre esto, así que aquí va, mientras ponemos en pausa la vida política de mi querido país.
Después de dos meses con el boleto, por fin llegó el día esperado, mis primeras vacaciones en 3 años, llevaba días con la cabeza en mi lugar natal, soñando gente, y con ganas de hacer mil cosas. Pero sobre todo ansiaba ver a mi mami.
El primer día luego de muchos besos y abrazos y comida rica, lo dedique a la plática familiar, ver a mi ma después de tanto tiempo, a mi hermanita y a su papi, a los cuales extraño siempre tanto, la boca se me secó de tanto hablar y no cabía en mi de felicidad. Tuvimos una linda noche de revisar cuadernos viejos, fotos, diarios, y elegir qué cosas debía ir tirando... no logré hacer siquiera un buen montón.
El segundo día la visita fue al dentista, 5 horas ahí para poder volver a comer, soy la única loca en el mundo que va hasta el DF al dentista, pero ni modo, así es cuando tu dentista es casi de la familia, de ahí todo fue correr, correr por la sis, correr a cambiarme, correr a la condesa. Pero valió la pena, una reunión con los de la secundaria, rememorar viejos tiempos, descubrir a mis amiguitas tan lindas como las recordaba, noche de risas, de memorias, de ron, filosofía, chistes, preguntarnos cómo sobrevivimos la secundaria sin apenas unos rasguños emocionales, descubrir que algunas no eran todo lo que decían y otras eramos más. Reencuentros con amores del pasado, con sus esposas, las fotos de los niños que ahora llenan las carteras, todos tan distintos y tan iguales a la vez, las 6 de la mañana llegaron en un par de minutos y todos regresamos al presente, nos despedimos como si nos hubiéramos visto ayer, y como si nos fuéramos a ver mañana. Fue una noche mágica, y espero se repita antes de 15 años que fue lo que nos tomó lograr esta, se extrañó a las ausentes, se mencionó a todas y todos, descubrimos chismes, secretos, limamos asperezas, en fin, no podría pedir más. El jueves casi en vela lo dediqué a mis brujas, con sus brujitos, todas siempre iguales, risas, pláticas a todo volumen, irreverencias, ni siquiera pensé en el desvelo que arrastraba, las adoro con el alma, y estar con ellas es siempre una dosis de alegría. Me encantó verlas tan guapas, tan en sus cosas, las extrañaba muchísimo y el tiempo se pasó demasiado rápido, quedaron pláticas pendientes, bbs por conocer y nos hizo falta mucho mucho tiempo. Después una visita a casa de mi prima, más pláticas amenas, una pena que la energía se nos agotara tan pronto, ella por el trabajo, yo por la desvelada. El viernes, más reuniones, un buen amigo en la mañana, al que hacía mucho tenía ganas de ver, fue muy poco el tiempo también y mucho lo que no alcanzamos a decir, pero regresé contenta de haberlo podido ver. En la tarde, la reunión con los de la primaria, una extraña mezcla de generaciones, amigos, profesores, conviviendo ya en un estatus de iguales, una vez más las rememoranzas, el repaso a la época de la primaria, a lo que se convirtió la escuela, a lo que fuimos y somos, siempre al lado de una cervecita, un buen vino, o en mi caso, un malibu. Un poco de tortura a los gandallas de esa época, historias chuscas, algunas sorpresas para mi pobre madre y hermana que debieron escuchar historias que no sabían. Y una vez más la noche se termino demasiado pronto, y tuvimos que huir. El sábado, ya casi sin fuerzas (o eso creí) nos fuimos a la feria del vino y el queso en Coyoacán, una pequeña oportunidad para ver nuevamente a viejas amistades, platicar un poco, comer otro tanto, más abrazos y ganas de que el tiempo no volara de esa forma, después una comida en antiguos lugares, unos esquites de verdad, y una reunión más, esta vez con los de la prepa. Otra vez, el sueño se fue a algún lado, toda la noche recordando historias, contando presentes, conociendo agregados, y como si el tiempo no existiera, todas las pláticas de la semana incluyendo esta, familiares, conocidas, somos siempre los mismos aunque cambiemos, y de esa noche me quedó con todas las emociones extrañas, y las conocidas, con ese amorrrr tan grande y extraño que existe entre nosotros que hace que siendo tan distintos, nos sigamos queriendo mucho, y sí, con lo bizarro que resulta que la mujer de tu ex te caiga taaaan bien, pero no creo que haya nada mejor para el alma, que saber que su felicidad también te causa alegría a ti, hubo muchas confesiones y situaciones extrañas, pero todas ttooooooodaaaas fueron maravillosas. No creo que haya reído hasta las lágrimas desde hacía tiempo, y esta semana lo hice más de una ocasión. Fue tal la euforia que mi madre aseguró que estábamos todos ebrios, cuando en realidad sólo estábamos de buen humor. El domingo ya era hora de visitar a la familia, un día complicado, un viaje a Neza para una tocada que no se hizo, y después el trayecto hasta Pachuca, donde mi familia me consintió, y aunque el tiempo una vez más resultó insuficiente, pude estar con ellos y abrazarlos y decirles cuánto los quiero, sin duda tengo los mejores amigos y la mejor familia del mundo. Para el lunes, ya empezaba yo a sentir la cercanía del regreso, el ánimo un poco bajo, las fuerzas casi nulas, una ida al cine, una visita rápida a la prima pero ya todo era empacar, revisar que todo estuviera en orden, las caras un poco largas por saber que el trío se separaría de nuevo una tentación casi angustiante por posponerlo(que horrible palabra), la cartera mucho más vacía y el corazón partiéndose un poco, pues la mitad pensaba quedarse ahi, mientras la otra, esa de las funciones vitales, se quedaba en su lugar. EL martes, un trayecto difícil al aeropuerto, algunas lágrimas tempraneras, un viaje horrible y un golpe de realidad apenas bajarse del avión.... y las vacaciones quedaron en un recuerdo, en la esperanza de que se repitan pronto. Es increíble cómo puedes extrañar tanto un lugar, no por lo que es, sino por quien vive en él. El ruido, el tráfico, las distancias, el metro, los peceros, son cosas que ya no soporto, y sin embargo, eran más que aguantables por estar con la gente que amo. Fueron unas vacaciones maravillosas, sin duda las mejores de mi vida, y espero poder repetirlas pronto, porque de verdad que me hacen mucha falta todos aquellos seres que tuve el placer de ver. Y también, sé que me faltó muchísisisma gente, y espero pronto poder completar la lista, porque también se les extrañó. Muchas gracias a tod@s los que las hicieron posibles de verdad los quiero muchísisisisismo.
Pues qué te digo mija. Una vez más mi corazón partido en dos. No hay palabras para decirte cuánto te amo, cuánto te admiro y cuánto te necesito. Yo también deseo que puedas venir más seguido. Aunque me gusta más ir a verte, jeje allá eres todita mía. Te amo cariño.
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