Que al fin me alquilen esta tumba, blanqueada con cal, con las aristas de cemento en relieve muy bajo tierra.
Me acodo en la mesa, la lámpara ilumina muy fuertemente esos periódicos que soy idiota de releer, esos libros sin interés. a una distancia enorme por encima de mi salón subterráneo. las casas se edifican, las brumas se acumulan. El fango es rojo y negro. Ciudad monstruosa ¡noche sin fin!
Arthur Rimbaud
Una temporada en el infierno
Leer a Rimbaud siempre me trae a la cabeza a ese niño con tanto talento que no pudo controlar su creatividad.
ResponderBorrarUn beso (simbolista)