Más divagaciones en jueves

Uff he tenido un poco abandonado este asunto del blog, y es que tengo un bloqueo emocional de aquellos, nunca les ha pasado que tienen mucho que decir pero no saben cómo, o que sienten deseos de gritar y patalear y en lugar de eso andas muy ecuánime y con una sonrisita por el mundo que de tan forzada la gente cree que es burla?. 

Y es que hay tanto que me pasa que no parece digno de contar, y otras cosas que sí lo son y que nomás se van colando de repente. Por ejemplo, tengo un par de nuevos seguidores, eso me da gusto y les agradezco que se hayan pasado por aca, cada que veo un nombre nuevo en mi blog, es como cuando en el kinder la maestra te daba una estrella por buena conducta. 

Estoy a punto a punto de acabar el libro pero no he podido encontrar la fuerza de voluntad que me aleje de la compu, salvo por esa nueva aventura que resultó la cocina. Debo decir que soy bastante buena, no lo creería pues jamás se me han dado las labores domésticas, pero parece que no estamos tan peleadas esta área y yo. Justo hoy tuve un pequeño revés porque hice una salsa de champiñones maravillosa, pero parece que no se lleva nada bien con las setas, aunque francamente creo que lo que no se lleva con las setas es mi paladar. Pero aunque el sabor de mis platillos ha resultado más que decente, el tiempo de preparación todavía es bastaante largo, y mi estufa no da para mucho. 

Y bueno, también tengo una gripa que no se acaba de ir, llegó el mismo día que regresó mi novio, y se estancó en mi organismo. No me siento mal, pero es incómoda. 

Y si no les bastan estos pretextos, pues también tengo una elevada ausencia de optimismo estos días. Y es que no es mi afán ser pesimista, pero cuando por todos lados te encuentras gente a la que le va igual de mal que a ti, o a veces peor, no sabes si sentirte bien de no estar en el fondo, o si perder toda la esperanza porque todos estamos igual de fregadas. Por el momento he preferido no tomar ninguna de las dos opciones, y sigo en mi lucha por salir adelante contra todo pronóstico. Pero hay días que no me sale la voluntad por ningún lado. Bueno es que ni mis novelas gringas me ponen de buenas, sí, debo admitir que soy fan de más de una serie, pero por ahora, la verdad que no me tienen nada contenta, me gusta mucho cuando una serie toma un tema tabú y lo saca a flote, pero me puede que después retomen la buena moral y lo conviertan en desastre. Como la dra Montgomery de Private Practice, que ya la hacía yo con su maridito negro y un bebé de probeta que decidió tener sin él porque él ya no quería más chamacos, pero nah, al final, ni bebé, ni marido ni nada, todo indica que acabará haciendo uno naturalito con su ginecólogo, y no es que no esté guapo el chico, pero regresamos al sistema tradicional donde es mejor esperar por el príncipe azul que tomar las riendas de tu vida. Y qué decir de Grey´s anatomy dónde van a dejar a cristina sin su G. I. Joe porque decidió abortar y aquél no lo supera, o en Esposas desesperadas donde, todo parece indicar que no se puede matar a un desgraciado abusador pederasta, y seguir tan feliz por la vida sin recibir el castigo adecuado o una buena carga de culpa. Y es que no lo dejan ser a uno inmoral ni en la ficción, pero eso sí, en la vida real está bien saturar las cárceles de delincuentes peligrosos para que se puedan amotinar, matar unos cuantos colegas o policías y escaparse tan tranquilos. O si eres político puedes ponerle los cuernos a tu esposa, tener uno o varios hijos fuera del matrimonio, después matarla, ser ahijado de los más despreciables expolíticos y aun así, llegar a ser presidente.... siempre y cuando estés dizque guapo y te hayas casado con la gaviota. 

Y bueno, eso de las series resulta muy chocante porque luego a uno le da por tomar decisiones basadas en las cosas de los personajes y acaba uno viviendo en el caribe lejos de la persona amada porque le soltó el rollito que el fulanito le dijo a la protagonista, esperando que a su vez el afectado respondiera mejor que la protagonista sexy y todos vivieran felices para siempre, y luego resulta que no, que aquél te contesta algo aun peor que ella y que además no tiene ni la menor floritura como los sabios guionistas que escribieron las palabras que el sexy protagonista dijo y que en tu boca suenan tan chafas,, pero como ya soltaste tu verbo pues haz de actuar en consecuencia con tus palabras. Y cuando ves que el personaje hace algo audaz que esperas acabe bien contra todo pronóstico, nooo van y te sueltan el balde de agua fría deprimiéndote más que si te hubiera sucedido a ti, y es que piensas, si no puede ocurrir en la ficción, cuáles son las posibilidades de que pase en la vida real. Y bueno,  por eso luego ya no digo nada, porque dicen por ahí que si no tienes nada bueno que decir mejor no lo hagas, y ya ven, de que me suelto a escribir, la hemorragia no para y llevo ya un montón de renglones quejándome de la vida. Pero prometo que en cuanto haya buenas noticias correré a contárselas, mientras a lo mejor nada más leo a los otros blogueros que por lo menos una sonrisa siempre me sacan, y como es mi afán hacer lo mismo, ya por hoy me callo.