El gimnasio

Resulta que sobreviví al primer día, no me dolía mucho y estaba esperanzada en entrar a las clases de zumba el lunes, pero por desgracia terminé muy tarde así que sólo fui a hacer la misma rutina, todo iba bien hasta que llegué a la escaladora y creí que moriría. Aún así, terminé mi rutina y logré de algún modo regresar a mi casa. 

Ayer empezó lo relamente interesante, me dolían absolutamente todas las partes de mi cuerpito, incluídas unas que ni sabía que existían, levantarme fue una proeza y todo el día estuve pensando en la noche que me esperaba. Terminé temprano de trabajar  así que quise probar una de las clases, "Cardio Dance" y no sé ustedes, pero yo que jamás había pisado un gimnasio no tenía idea de qué era eso, sonaba sin embargo interesante y yo adoro bailar, así que me decidí.

Llegué 10 minutos antes y decidí hacer un poco de bicicleta. Luego me metí al saloncito donde ya había dos muchachas regordetas escuchando música y esperando a que empezara. Poco a poco se fue llenando el salón de personas, en su mayoría señoras unas un poco mas gorditas que otras e incluso un par de chicos, había unas cuantas muchachas pero conforme empecé a ver a la audiencia, me temía que aquello fuera a ser una dolorosa sección de aerobics. 

Cuando el maestro llegó, me di cuenta del por que de las asistentes. Un chico nada feo, con un cuerpo muy trabajado y una sonrisa muy agradable resultó ser el profesor de cardio dance, llegó diciendo que haríamos unas canciones viejitas y un par de nuevas y nos dijo que empezáramos.  

Que qué es el cardiodance?? si me lo preguntan, es como hacer una hora de "payaso del rodeo". Durante 60 minutos, bailamos todo tipo de ritmos huapachosos empezando por merengue y acabando hasta con tribal, sin omitir salsa, duranguense, quebradita y toda cuanta cosa se baile moviendo todo el esqueleto. A los 15 minutos estaba ya sin aliento, y sólo la imagen de las gorditas dando brincos podía hacer que mi ego resistiera la hora completa.

Es cierto que lo mezcla con aerobics o algo asi que sin duda ayudan al estiramiento y demás, pero básicamente fue como ir a una fiesta sin poder descansar con una cuba entre canciones. 

La mitad del tiempo hice el ridículo entendiendo los pasos, la otra mitad brincotee un montón deteniendome a tomar aliento aprovechando los instantes que el apuesto chico sacudia sus pompis para los gritos de las señoras chistositas. Francamente, me divertí bastante; no tengo idea de cuánto sirve, pero de que sudé como loca y quedé aun más destrozada que el 2do día, no me queda duda. Cuando por fin terminamos, no pude quedarme a la clase siguiente y tan solo hice 10 minutos en la caminadora, pues todo mi cuerpito me dolía y había sudado más que los dos días juntos.

Así que parece que seguiré yendo a esta clase, pero como hoy no hay, pues probaremos con el zumba, a ver si lo hago mejor que cuando bailaba solita en mi casa y espero no romperme un hueso con todos esos giros y cosas de esas. 

Les dejo un videito por si alguien quiere ver de qué va esta divertida clase