Hoy volviste a cambiar de casa, sé que no es a dónde
querías, pero te puedo asegurar que será mejor que donde estabas, no será la
última vez, pero espero que sí la penúltima, porque no es justo para ti.
He estado pensando en las posibilidades, y es curioso que
cuando me fui, lo pensé tanto por no abandonar ciertos asuntos allá que pensé
que me necesitaban, pero de entre ellas, no creí que tú serías una de ellos.
Hoy me siento fatal, y sé que no hay una forma en que te lo
pueda hacer saber, no podrías leer esto aunque quisieras y la única forma en
que podría demostrártelo me es imposible por ahora. Pero quiero que sepas que
en verdad pensé que hacía lo mejor por ti cuando en estas situaciones de vida,
decidí separarme de ti.
Sé cuánto sufriste antes de mí, y lo que menos quería era
que volvieras a hacerlo. Ahora sé que hice mal, y no puedo dejar de pensar en
ello.
Dicen que cuando las parejas se divorcian los que más sufren
son los hijos, y aunque tú tengas cuatro patitas para mí, eres uno de ellos, y como tal, quería que
estuvieras con aquél que querías más, con el que era capaz de darte la atención
y fuerza que necesitabas, que podía pasearte y cuidarte y soportar tus juegos
salvajes, y no compartir su cariño con más animalitos porque eras lo único que
debía cuidar. Lo único que me dio la fuerza necesaria para dejarte partir era
saber que él entre todas las personas del mundo era tu favorita, y que el amor
que le profesabas, sería supuestamente correspondido.
Quisiera pedirte perdón porque no haya sido así. Y por tardar tanto en poder ayudarte.
No me alcanza la vida para saldar mis deudas contigo, y
ahora, con aquellos que tuvieron la delicadeza de decirme, y de apoyarme, para
que ahora puedas tener un nuevo hogar, uno donde nunca más padezcas por los
errores de los humanos que podemos ser tan idiotas y anteponer nuestros
intereses a los de seres que nos quieren incondicionalmente.
Y aunque suene a justificación, y aunque me duele en alma,
no tienes idea cuánto quisiera no tener que hacer esto, me gustaría traerte
aquí y tenerte conmigo, y poder resarcir todo el daño que te he causado
pensando que hacía lo mejor.
No poder hacer más me duele, y sé que mereces mucho más que
una disculpa. Y prometo estar al pendiente de lo que pase de ahora en adelante,
aunque sea todo lo que pueda hacer. Pero aún así es doloroso.
Yo quería que las cosas fueran distintas, yo pensaba que
estarías bien, y si hubiera sabido que no, hace mucho que hubiera tomado otra
decisión, pero ahora es tarde y sólo me queda tratar de que esta vez sea
diferente.
Discúlpame negrita por haberte causado daño, sé que tu amor
es enorme y no sientes rencor por aquellos que por las razones que sean, no
hemos sido justos contigo, pero como humana, mis sentimientos no son tan nobles
y siento mucha culpa y un gran enojo, uno tal que no sentí ni siquiera cuando
el daño me lo hicieron a mi. Y espero y haré todo lo que pueda porque nunca más
pases por esto, porque tú has sido siempre una gran compañera, con tus
desastres y tu inquietud, aun así sabes ganarte el corazón de las personas, y
nunca entenderé que alguien haya tenido el corazón de no ver por tu bienestar.
Hoy estás en un lugar donde te quieren y se preocupan, y a
la distancia lo haré también, incluso cuando hayamos encontrado ese lugar perfecto.
Te prometo que buscaremos el lugar ideal, y que muchísima
gente te cuidará de ahora en adelante y no tendrás que estar triste nunca más.
Perdón negrita, te quiero.
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