Hace unos meses fui a Casa, a mi casa, ese lugar ruidoso y contaminado del que uno pensaría que pronto se olvidaría pero no es así.
Y hace pocas semanas regresé.
En ambas ocasiones el pretexto fue el mismo, un concierto. Pero no podría haber sido más diferente.
La primer vez fui a ver a lacrimosa. Los que me leen más o menos seguido ya saben que soy super fan, que pasé 6 horas en el sol sentada para conseguir un autógrafo y que Tilo wolf es mi amor platónico.
El segundo concierto, fue otra repetición de mis grandes amores. Aerosmith.... y sí, también hay ya una reseña de su gran concierto en el 2007, es curioso, creo que a Lacrimosa también los vi por última vez ese año. Mi último año allá.
Pero ahora tuve que invertir mucho más tiempo y dinero en acudir a ver a mis bandas favoritas, y aproveché en ambas ocasiones para ver a mi gente, no toda, y ni siquiera toda la imprescindible, pero si aquellos que pudieron, quisieron y se enteraron.
En ambos viajes, la ciudad se portó benevolente en el clima, no tanto frío (de hecho en abril hacía franco calor) y casi nada o nada de lluvia, lo cual para mi termostato de lagartija fue agradecido.
Sin embargo. La primer vez un incendió en el ajusco me provcó sentirme casi provinciana, pues la nariz se me secó al extremo, y pasé 10 días con los ojos irritados. Aun así el viaje no me decepcionó.
Vi a mucha gente, a mi familia, a mis amigos, conoci lugares, comí como cerdo, y disfruté de 2 horas de una gran vista y una gran música con mi adorado Tilo Wolf. El escenario era nuevo para mi, el auditorio Black Berry, y honestamente no se convirtió en mi favorito. Extrañé aquel apretujamiento del circo volador, la cercanía del escenario, el poder brincar y bailar, pero al menos, se ve bien y se escucha. Del concierto no hay mucho que decir, excepto que tocaron casi todas las que pude haber pedido, y que fue demasiado agradable volver a ser por un ratito, esa vampiresa que alguna vez fui.
No crean que estuvo mal, por el contrario, Todas las emociones que experimenté en el concierto pasado estaban ahí, no me arrepiento de un sólo centavo invertido, y como siempre salí completamente feliz.
Sin embargo, ese viaje era distinto, se sentía distinto, estaba de vacaciones, la misma ciudad me lo decía, al correrme rápido con su ruido, contaminación y tráfico, pasé días agotada y aunque lo disfruté muchísimo, fue casi un alivio volver.
Este último viaje sin embargo, fue completamente diferente.
Para empezar, lo planeé con mucho tiempo de anticipáción. Antes que supiera que mi vida cambiaría por completo, que las cosas me saldrían tan mal. Los boletos tanto de avión como del concierto fueron comprados en lo que casi parece una vida distinta. No sabía que todo se voltearía de cabeza, y más que unas semanas antes, todo indicara que había sido una mala idea.
Aun así, tenía que ir por muchísimas razones, pero principalmente, porque no sé cuándo podré volver.
El viaje estaba cargado para mi por una atmósfera distina, ir casi sin dinero, por apenas un par de días, distribuir mi tiempo entre todos aquellos que amo y extraño.... pero no me importaba.
Y en el momento en que aterricé. Con todo y el fresco, con todo y su contaminación, por un momento me sentí en casa.
Esta vez no me fue tan mal fisiológicamente. Y aunque odié el tráfico y las enormes distancias, también recordé por qué me gusta tanto la ciudad, desde el anonimato que ella conlleva, las posibilidades, todo me hizo sentir de una forma que no me había sentido en años, y que quizá tenía mucho que ver con mi estado de ánimo.
Por si fuera poco, el concierto fue maravilloso. Salvo por un par de canciones que les faltaron, hubo momentos en que literalmente me quedé embobada, sin gritar y nada sólo escuchando la música y viendo a mi anciano amor que a pesar de sus 64 años sigue brillando como pocos, no puedo decir lo mismo de mi ex amado Joe Perry, que en estos 6 años dio el viejaso aunque su guitarra no ha perdido absolutamente nada de susonido. Disfruté mucho porque me sabía casi todas las canciones, otra vez conocimos un nuevo auditoiro, la arena ciudad de méxico que la verdad está mucho mejor que el blackberry, aunque creo que ese asunto de estar sentada, no es lo mío., hubiera querido estar hasta abajo,brincoteando y rogando porque en Vez de la Trevi, yo hubiera podido subir con Steven al escenario.
Esta vez no me bastaron los días, lejos de querer regresar, quería permanecer ahí, al lado de la gente que me ama, en un sitio donde hay un millón de cosas para distraerse, dónde la simple actividad de ganarse el pan es tan complicada que utiliza todas tus energías.
Tal vez es porque mi pueblo no es más un pueblo, no es un lugar seguro, la gente no es una gran familia (aunque los chismes si que vuelan), no es más un lugar pequeño donde refugiarse, sino una gran urbe con todas las desventajas de la provincia. Tal vez porque la mitad de mis metas aquí ya se cumplieron, y las otras no parece que vayan a cumplirse. Tal vez soy sólo yo y mi ánimo por los suelos, que no encuentran la forma de enfrentar tantos problemas porque todo por lo que luchaba se ha vuelto algo distinto. Sé que necesito plantearme nuevas metas, Sé quetengo que buscar un nuevo camino, simplemente me pregunto si tal vez, sea momento de hacerlo en otra parte. No me siento entusiasmada de seguir aquí, necesitó una pasión, algo que me haga levantarme en las mañanas y luchar con todas mis fuerzas. Y ya no estoy segura que se encuentre aquí.
No sé si regresar sería la opción, al final hubo una razón (o muchas) que me hicieron huír. Pero tal vez, sólo tal vez, 6 años después, esas razones podrían cambiar.
No sé, estos días me han hecho pensar demasiado, y creoq ue pocas veces sentí tanto miedo en mi vida. Tanto miedo de fallarme a mi y a la gente que me quiere. A volver una realidad aquello que mi autoestima ya piensa.
Me he perdido tanto a mi misma. Y sé que me encontraré, pero no sé cuánto perderé en ese proceso, y no sé si estoy dispuesta a pagar el precio. Tengo la teoría, me la sé de memoria, se las digo a mis amigas cada que me piden consejos. Pero a veces aplicarla es mucho más difícil. Supongo que eos pasa cuando inviertes tanto tiempo, energía y corazón en algo, y al final resulta que no es lo que esperabas. Y sé que estaré bien, en cuanto haga lo que tengo que hacer. El problema es que aún no estoy segura de qué es.
De cualquier forma, quería darle las gracias a todos aquellos que me recibieron en casa, porque al menos por 6 días, recordé totalmente cómo se le hace para sonreír.
Qué chido que hayas vuelto. Espero verte pronto, de todos modos :)
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